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Bioeconomía, una oportunidad para el desarrollo sostenible de Argentina

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La publicación es en verdad un detallado estudio de una decena de experiencias empresariales exitosas de bioeconomía desarrolladas en los últimos años en la Argentina, señalando el camino hacia un nuevo modelo productivo, que reduzca la utilización de combustibles fósiles y por lo tanto emisiones de GEI, que recicle y aproveche residuos y desechos y genere bioproductos de múltiples usos.

San José, 11 de diciembre de 2020 (IICA) – Una gran oportunidad para superar el dilema entre desarrollo y protección del medio ambiente e ingresar a un camino de crecimiento económico con aprovechamiento eficiente y sostenible de sus recursos naturales.

Así presenta el libro “Bioeconomía: una estrategia de desarrollo para la Argentina del Siglo XXI” una propuesta innovadora para impulsar el desarrollo rural sustentable en el país, y que el propio Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) impulsa en toda América Latina y el Caribe.

Los autores del libro son Jeremías Lachman, Roberto Bisang, Edith S. de Obschatko y Eduardo Trigo. La publicación tiene como subtítulo Impulsando a la bioeconomía como modelo de desarrollo sustentable: entre las políticas públicas y las estrategias privadas.

En verdad, la publicación es en verdad un detallado estudio de una decena de experiencias empresariales exitosas de bioeconomía desarrolladas en los últimos años en la Argentina, señalando el camino hacia un nuevo modelo productivo, que reduzca la utilización de combustibles fósiles y por lo tanto emisiones de GEI, que recicle y aproveche residuos y desechos y genere bioproductos de múltiples usos.

De esa manera, la publicación apela a un crecimiento comprometido con los desafíos globales del combate al cambio climático, que a la vez permita a la Argentina salir de un estancamiento económico que no se corresponde con sus recursos naturales ni con la calidad educativa a la que accedió gran parte de su población.

¿Qué es la bioeconomía?

La bioeconomía se basa en la captura de energía libre, su transformación en biomasa y posterior industrialización integral de todos los productos, subproductos y desechos, con especial cuidado por el ambiente.

Podría definirse como un modelo de industrialización de lo biológico, que permite diversificar el patrón de exportaciones de productos primarios y commodities agroindustriales, incorporando exportaciones de alto valor agregado y probada sustentabilidad.

La definición amplia de bioeconomía incluye a todos los productos que utilicen a la biomasa y la biotecnología como insumos.

Sostenida en el uso de energías renovables y el desarrollo de materiales naturales, ya ha sido instrumentada con éxito en países desarrollados. En Argentina, la combinación de recursos naturales y conocimiento biológico disponibles ofrece un gran potencial para que la bioeconomía sea palanca del desarrollo en las próximas décadas.

La transformación ya está en marcha

La bioeconomía está jugando actualmente un rol relevante en el escenario argentino, debido a que el sector empresario la incorporó, a través de la suma de nuevas actividades a las tradicionales producciones agropecuarias

Hasta el momento los biocombustibles -que ya están realizando un valioso aporte a la generación de una matriz eléctrica menos dependiente de los combustibles fósiles- constituyen el desarrollo más destacado.

Sin embargo, los ejemplos positivos disponibles no se agotan allí. En ese sentido, el libro presenta distintos casos en Argentina, de productores agropecuarios, empresas agroindustriales de base biotecnológica y también de nuevos emprendimientos de base enteramente bioeconómica.

Se presentan también algunos casos de biotecnología, sector de gran desarrollo y potencial en el país y en el cual hay avances muy destacados a nivel internacional.

Otros ejemplos cubren una amplia gama de actividades, que incluye la transformación de residuos de los procesos industriales en subproductos con valor económico, el uso de bagazo de caña de azúcar o cáscara de maní para la generación de energía eléctrica o la conversión de efluentes grasos y no grasos de la faena aviar en biogás.

Según las estimaciones disponibles, la bioeconomía generó 86.695 millones de dólares en 2017; o sea, el 16,1% del PBI de la economía argentina. De este total, un 85% corresponde a la producción de valor agregado de la biomasa y la industrialización de productos bio y el 15% a los servicios asociados de comercio y transporte.

Este proceso de crecimiento de la bioeconomía, que hasta ahora ha sido liderado por la iniciativa empresarial, necesita, para consolidarse definitivamente, de un rol activo del Estado en el diseño de políticas públicas que faciliten la transformación de lo que hoy son “nichos” en nuevas normas para la toma de decisiones de inversión y consumo en la economía.

Globalmente, y de manera acelerada, la bioeconomía se consolida como alternativa para enfrentar dos de los mayores desafíos contemporáneos: el de atender las demandas crecientes de alimentos, fibras y energía de una población mundial que superará los diez mil millones de personas antes del final del siglo XXI; y el de revertir o mitigar los impactos negativos sobre el medio ambiente y los recursos naturales que están generando los patrones actuales de organización económica. 

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