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Argentina, con el acompañamiento de IICA, presentó en el Foro Público de la OMC en Ginebra la innovación bio-digital en su agricultura 

Nacira Muñoz, vicepresidenta del INTA ; Raquel Chan, bioquímica especializada en biotecnología vegetal; Federico Villegas, Representante Permanente de Argentina en Ginebra; Gloria Abraham, consultora y asesora internacional del IICA; Guillermo Salvatierra, miembro del Directorio de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina; y Agustín Torriglia, miembro del directorio de la AAPRESID, durante el evento donde se mostró como Argentina está a la vanguardia en la implementación de tecnologías de punta y prácticas agropecuarias sostenibles.
Nacira Muñoz, vicepresidenta del INTA ; Raquel Chan, bioquímica especializada en biotecnología vegetal; Federico Villegas, Representante Permanente de Argentina en Ginebra; Gloria Abraham, consultora y asesora internacional del IICA; Guillermo Salvatierra, miembro del Directorio de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina; y Agustín Torriglia, miembro del directorio de la AAPRESID, durante el evento donde se mostró como Argentina está a la vanguardia en la implementación de tecnologías de punta y prácticas agropecuarias sostenibles.

San José, 27 de setiembre de 2023 (IICA). En el principal Foro Público de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Argentina, con el acompañamiento del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), expuso sobre el impacto que ha tenido la innovación bio-digital en su sector agrícola y la relevancia que el uso de dichas herramientas ha logrado a nivel global. 

Allí, expertos de renombre, líderes de la industria y funcionarios gubernamentales compartieron sus conocimientos y experiencias en la intersección de la biología y la tecnología digital en la agricultura.  

Participaron Raquel Chan, bioquímica especializada en biotecnología vegetal, miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y profesora en el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral de ese país; y Nacira Muñoz, vicepresidenta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). 

Además, Guillermo Salvatierra, miembro del Directorio de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina, asesor del Ministro de Ciencia y Tecnología de ese país y director de la Especialización en Industria y Sistemas Espaciales de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FI-UBA); y Agustín Torriglia, miembro del directorio de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID). 

También intervinieron el Embajador Federico Villegas, Representante Permanente de Argentina en Ginebra; y Gloria Abraham, consultora y asesora internacional del IICA,  y ex Ministra de Agricultura y Ganadería y ex Embajadora ante la OMC de Costa Rica. 

El Foro Público es el evento de proyección exterior más importante de la OMC y ofrece la oportunidad de examinar las últimas novedades del comercio mundial y proponer maneras de mejorar el sistema multilateral de comercio. Congrega todos los años a más de 2.000 participantes de la sociedad civil, el mundo académico y empresarial, los Gobiernos de los 164 Miembros, las organizaciones internacionales y los medios de comunicación.  

El lema de este año fue “Es tiempo de actuar” y constituyó el llamado a profundizar la innovación basada en la ciencia, la información y el conocimiento, para resolver dos grandes desafíos globales: la inseguridad alimentaria y la degradación ambiental.  

En el evento, los investigadores argentinos mostraron cómo el país está a la vanguardia en la implementación de tecnologías de punta y prácticas agropecuarias sostenibles para avanzar hacia ese objetivo. 

Destacaron cómo las innovaciones más recientes en materia de agricultura de precisión, biotecnología y digitalización, así como la integración de estos avances, se han transformado en la clave para lograr una producción más eficiente y sostenible.  

En el foro se reiteró la urgencia de reducir los subsidios agrícolas distorsionantes que no sólo obstaculizan las oportunidades de desarrollo de aquellos países que producen eficientemente, entre los que se encuentra la Argentina, sino que además contribuyen a la degradación ambiental global. 

Raquel Chan, quien es Cátedra IICA por sus aportes relevantes al fortalecimiento de los sistemas nacionales de ciencia y tecnología en la región, compartió su trabajo en el desarrollo biotecnológico de nuevas variedades vegetales como instrumento de adaptación a los desafíos ambientales y como contribución a la seguridad alimentaria.  

Chan es reconocida por liderar el desarrollo del gen HB4 que proviene del girasol y que le confiere tolerancia a la sequía al trigo y a la soja, entre otras contribuciones a la agricultura mundial. 

Los presentes coincidieron en que los esquemas de cooperación y colaboración intersectorial, incluyendo a los sectores público y privado, la academia y la sociedad civil, han resultado ser un factor crucial en el desarrollo y la transformación de la sector agropecuario argentino en uno de los más eficientes, sustentables y competitivos a escala global.  
Los presentes coincidieron en que los esquemas de cooperación y colaboración intersectorial, incluyendo a los sectores público y privado, la academia y la sociedad civil, han resultado ser un factor crucial en el desarrollo y la transformación de la sector agropecuario argentino en uno de los más eficientes, sustentables y competitivos a escala global.  

Guillermo Salvatierra, en representación de la empresa argentina de alta tecnología INVAP, resaltó la importancia de la información y los datos para el desarrollo de nuevas aplicaciones digitales que faciliten la toma de decisiones de los productores agropecuarios.  

Muñoz, vicepresidenta del INTA, enfatizó el rol articulador del Estado para promover la investigación y el desarrollo de nuevas soluciones científico-tecnológicas, así como en la difusión y facilitación del acceso a la tecnología a la mayor cantidad de agricultores en toda la geografía argentina. 

Agustín Torriglia, de AAPRESID, destacó el impacto positivo de las buenas prácticas agrícolas, particularmente de la siembra directa, en la protección y conservación de los suelos, la biodiversidad, el agua y en la lucha contra el cambio climático.  

El embajador Federico Villegas ponderó cómo Argentina, siendo un país en desarrollo, ha sido capaz que crear un entramado agroindustrial y de servicios sofisticado, eficiente, sustentable, basado en la ciencia y la tecnología. Enfatizó en que la virtud de esta experiencia se incrementa cuando se observa que lo ha hecho sin la provisión excesiva de subsidios agrícolas distorsionantes, y en un contexto de creciente proteccionismo global.  

Además, remarcó que el llamado a alcanzar la sustentabilidad ambiental es de tal magnitud que los Gobiernos deben lograr un acuerdo para reducir los miles de millones de dólares que se gastan anualmente en subsidios agrícolas distorsivos, repercutiendo, además, negativamente en el ambiente. 

Gloria Abraham, por su parte, subrayó el rol de liderazgo que ejerce Argentina como contribuyente sustantivo a la seguridad alimentaria global. 

Los presentes coincidieron en que los esquemas de cooperación y colaboración intersectorial, incluyendo a los sectores público y privado, la academia y la sociedad civil, han resultado ser un factor crucial en el desarrollo y la transformación del sector agropecuario argentino en uno de los más eficientes, sustentables y competitivos a escala global.  

Asimismo, se ponderó la importancia de contar con un complejo científico nacional como desarrollador y catalizador de soluciones tecnológicas adaptadas a las necesidades de producción de cada una de las biorregiones nacionales.  

Se compartió la idea de que el desarrollo de un ecosistema de empresas asociadas a la producción agropecuaria encuentran en la ciencia y la tecnología un vector que une rentabilidad y sustentabilidad, en la medida que se contribuye a incrementar la producción y la productividad, al mismo tiempo que reduce los costos de producción y protege a los recursos naturales asociados.  

Se visualizó la necesidad de continuar y profundizar las relaciones de cooperación internacional agropecuaria como uno de los mecanismos para catalizar soluciones a la inseguridad alimentaria y la degradación ambiental, particularmente en los países en desarrollo.  

Los expertos, finalmente, coincidieron en la necesidad de que la OMC profundice el debate sobre cómo reducir la ayuda interna distorsionante y fomentar las soluciones basadas en el conocimiento científico-tecnológico, a fin de catalizar la producción de alimentos de un modo sustentable.  

Este evento representó una oportunidad única para proyectar al mundo, desde la Organización Mundial del Comercio, la manera en que Argentina está liderando el camino hacia una agricultura más innovadora y sostenible, y cómo estas experiencias pueden ser aplicadas en todo el mundo. 

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