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Emigró y retornó a Nicaragua y ahora ve los frutos de su finca cafetalera con apoyo de PROCAGICA

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Danelia proyecta sacar entre 40 y 60 quintales en este proceso de cosecha, sin embargo, en un año más, cuando la planta haya alcanzado su maduración y si está sana, se estiman unos 90 quintales pergamino.

La Cuá, Jinotega, 11 de diciembre de 2020 (IICA) - En marzo de 2019, por diferentes razones, unos 62.000 nicaragüenses migraron a países vecinos. Juana Danelia Herrera Fajardo, caficultora del municipio El Cuá, en Jinotega, fue una de esas personas.

Somos una familia muy grande, la finca estaba caída, no alcanzaba para todos. Me fui a Panamá un año, con el objetivo de levantar un poco los ingresos. Mi esposo se quedó con los chavalos (niños) y la finca, fue un acuerdo de ambos”, recuerda.

“Bien, me iba bien” contesta de inmediato y sin titubear. Con el dinero que mandaba se compraban los víveres de la casa. Sin embargo, la finca que había heredado de su padre seguía devastada casi en su totalidad por la roya del café. A pesar de haber comprado un poco de fertilizantes y fungicida, parecía que nada daba resultado, pero al menos las remesas garantizaban los tres tiempos de comida de sus hijos.

“Me regresé porque mi hija mayor se iba a graduar de bachiller y dijo que no iba a subir a la promoción si yo no estaba, entonces volví. Al regresar, me sorprendieron cuando me dijeron que el Programa Centroamericano de Gestión Integral de la Roya del Café (PROCAGICA) daba ayuda para poder levantar la planta, porque no lo lográbamos. Gracias al PROCAGICA esta planta va levantándose”, asegura.

Después de dos años de la promoción de su hija mayor, la parcela de Danelia ha crecido sana y prevé buenos resultados en la cosecha próxima. Sin embargo, los cambios y logros no fueron inmediatos. Tomar la decisión de no migrar de nuevo fue muy difícil para ella y su familia, y muchísimo más complicado fue tomar las riendas de la parcela nuevamente y restaurarla de cero.

“Es agotador todo el día, todos los días, principalmente en tiempo de cosecha. A las tres y media estoy despierta porque tengo una bebé, la amamanto, la cambio y la duermo. Me vengo a la cocina, porque entre las 5:30 y 6 de la mañana están viniendo los mozos y les doy de comer. Mientras comen, levanto a los niños para que distribuyan los canastos, cabuyas y sacos. El mayor después empieza a asignar surco a cada mozo. Mi esposo está trabajando fuera, pero normalmente, cuando estamos todos, todos trabajamos, pero soy yo la que decido a dónde hay que vender, a quién se va a entregar. Soy la dueña, soy la que mando”, detalla.

Danelia proyecta sacar entre 40 y 60 quintales en este proceso de cosecha, sin embargo, en un año más, cuando la planta haya alcanzado su maduración y si está sana, se estiman unos 90 quintales pergamino.

PROCAGICA, que impulsan la Unión Europea y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Centroamérica, ha propuesto en Nicaragua un modelo diversificado de caficultura, en el cual promueve y brinda apoyo para la siembra de plátano y limón Tahití. Un respaldo adicional para la alimentación de la familia y una alternativa de comercialización del excedente.

“No he asistido a todas las capacitaciones porque no me alcanza el tiempo. He mandado a mi hija y si ella lo sabe, yo también. Por ejemplo, ahorita estamos cortando café, si hay que asear alguna cosa, allá voy, o si debo deshierbar o hay que deshojar. Así que nos toca hacer el trabajo nosotros mismos, yo me encargo de dirigirlo y busco algunos trabajadores cuando los chavalos están ocupados”, dice.

Comprender y valorar la capacidad de liderazgo de la mujer cafetalera es también parte del enfoque de trabajo del PROCAGICA. Más allá de garantizar su participación es primordial crear espacios y oportunidades para que, según cada realidad, las caficultoras jefas de hogar puedan desarrollarse plenamente.

La participación de Danelia en el programa inició en el 2017, como parte de las primeras intervenciones. Ha recibido apoyo para fortalecer la nutrición y diversificación de su cafetal.

“Con la ayuda que me han dado, toda la familia se ha sentido motivada. Cuando algo llega a una casa, después de haber pasado por tantos problemas, nos motivamos todos. Sabemos lo que cuesta cada cosa, porque antes no teníamos cómo lograrlo.”, afirma.

 

- ¿Y piensa en volver a Panamá? -

- ¡No! – contesta a secas.

 

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