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El secretario de Agricultura de EE. UU. participó de una reunión de ministros de países del Mercosur, Chile y Bolivia, previo a la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU

El secretario de Agricultura de los Estados Unidos, Tom Vilsack, la ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, Tereza Cristina Correa da Costa; el ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Santiago Bertoni; el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Luis Basterra; la ministra de Agricultura de Chile, María Emilia Undurraga; el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos; el Director General de Planificación del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia, Ramiro Villalpando; y el Director General del IICA, Manuel Otero.
El secretario de Agricultura de los Estados Unidos, Tom Vilsack, la ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, Tereza Cristina Correa da Costa; el ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Santiago Bertoni; el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Luis Basterra; la ministra de Agricultura de Chile, María Emilia Undurraga; el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos; el Director General de Planificación del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia, Ramiro Villalpando; y el Director General del IICA, Manuel Otero.

San José, 22 de julio de 2021 (IICA). A pocos días de la Pre-Cumbre de Sistemas Alimentarios convocada por la ONU, el secretario de Agricultura de los Estados Unidos, Tom Vilsack, participó como invitado en la XLIII Reunión Ordinaria del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), foro de consulta y coordinación de acciones regionales que nuclea a los ministros de los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), Chile y Bolivia.

Los participantes enfatizaron que en la Pre-Cumbre, que se realizará del 26 al 28 de julio en Roma, y posteriormente en la Cumbre de Sistemas Alimentarios, debe reconocerse el papel trascendental que cumple la agricultura como una actividad que contribuye a la solución de los desafíos que enfrenta la humanidad de cara al futuro.

También hicieron hincapié en que deben considerarse los diferentes modos de producción de países y regiones, evitarse la imposición de modelos únicos y sentar las bases para que los marcos regulatorios internacionales estén basados en evidencia científica. Se señaló, además, la importancia de que los sectores agrícola y rural de América del Norte y América Latina y el Caribe concurran este año a los foros internacionales con un mensaje convergente.

La posición del Hemisferio está expresada en el documento Principales mensajes en camino hacia la Cumbre de la ONU sobre Sistemas Alimentarios, desde la perspectiva de la agricultura de las Américas, que fue elaborado por los Estados Miembros con la coordinación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), integrante de la Red de Campeones de Cumbres, una de las estructuras organizativas del foro.

El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Luis Basterra; la ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, Tereza Cristina Correa da Costa; la ministra de Agricultura de Chile, Maria Emilia Undurraga; el ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Santiago Bertoni; el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos; y el Director General de Planificación del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia, Ramiro Villalpando, participaron del encuentro virtual junto al Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, y el secretario Vilsack.

En la reunión, respondiendo a un pedido de los ministros del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), el Director General del IICA entregó un informe técnico sobre la carne bovina como "activo estratégico" de la región.

El secretario Vilsack aseguró que “debemos optimizar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios en sus tres dimensiones: social, económica y ambiental. La agricultura estimula el crecimiento de las economías y es esencial para luchar contra la pobreza y alimentar al mundo, pero debemos producir más con menos tierra, agua, insumos y recursos para reducir su impacto ambiental”.

“La ciencia y el conocimiento, incluidas la biotecnología, pueden ampliar la caja de herramientas de nuestros productores y aumentar su resiliencia y competitividad. Una solución no sirve para todos los países y regiones. La tecnología nos ayudará a crear una agricultura de precisión y reconocer el papel de la agricultura para garantizar la buena nutrición de nuestros pueblos”, agregó.

Los ministros sudamericanos destacaron la coincidencia del Gobierno de los Estados Unidos con sus posiciones y pusieron de relieve la importancia de mostrar al mundo la sostenibilidad de los sistemas productivos de la región.

La ministra brasileña Tereza Cristina afirmó: “Esperamos que Estados Unidos también pueda ser vocero de posiciones que compartimos, como la importancia de la ciencia y la tecnología para la toma de decisiones y el papel central del comercio internacional como fuente de seguridad alimentaria”.

Cuestionó, además, que se señale a la actividad agropecuaria como principal responsable del calentamiento global: “Debemos enfatizar que en este sector están gran parte de las soluciones. Decidí ir personalmente a Roma porque quiero exponer las grandes contribuciones de la región para la seguridad alimentaria mundial, haciendo un énfasis de la importancia de la proteína animal para una nutrición adecuada de nuestras poblaciones”.

La ministra sostuvo que en los eventos globales no debe expresarse “una única solución para garantizar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios. Eso podría llevar a mayor hambre y escasez de alimentos”.

Basterra anticipó que, durante la Pre-Cumbre y la Cumbre, “velaremos para que se privilegie en la narrativa la necesidad de desarrollo, garantizar que nadie se quede atrás y la posibilidad de que todos los países avancemos hacia un desarrollo equitativo”.

“Tenemos mucho para mostrar en cuanto a cómo producir sin regalar nuestro capital natural”, señaló Basterra, y destacó “el trabajo brillante del IICA en cuanto al posicionamiento del rol de la ganadería en el sostenimiento de los hábitats. Ha resultado crucial ante la falta de fundamentos con la que algunos sostienen que este sector es culpable del cambio climático”.

“La ganadería que se practica en nuestra región ha dado señales evidentes de que es un proceso sustentable respetuoso de las reglas básicas del ambiente; tenemos que rechazar las versiones que intentan asociarnos con los efectos al cambio climático”, dijo el ministro uruguayo Fernando Mattos.

Agregó que se debe trabajar para generar mediciones independientes sobre el balance entre la emisión y el secuestro de gases de efecto invernadero con base científica, en las que los sistemas de investigación de los países del sur aporten transparencia de acuerdo a la realidad de los diversos sistemas de producción.

Mattos manifestó su inquietud por “las propuestas de impuestos de carácter ambiental. Representan una preocupación para nuestros países, donde la agricultura combate la pobreza y genera divisas. Nos alarma que esos impuestos sean una barrera al comercio. Celebramos que se sumen más países a una posición convergente para enfrentarnos a estas tendencias de opinión que tanto nos pueden afectar”.

También el ministro Bertoni reconoció que “a todos nos genera cierta incertidumbre el desarrollo de la Pre-Cumbre y la Cumbre, sus resultados y cómo pueden impactar en el sector. Podrían surgir recomendaciones que, sin base científica, sean un pretexto para penalizar la producción y el comercio de alimentos”.

El ministro paraguayo, presidente del Comité Ejecutivo del IICA, que aprobó el documento que el Hemisferio llevará a los foros globales, destacó “el trabajo que ha hecho el Instituto para buscar un posicionamiento común reflejado. Los 16 mensajes que figuran han despertado el interés global. Estamos todos alineados; es la primera vez que la región irá de esta manera a un encuentro internacional”.

A su turno, la ministra Undurraga, resaltó la necesidad de que el continente, de forma proactiva, plantee que la agricultura es parte de la solución: “El desafío es alimentar de forma saludable al mundo y nosotros somos relevantes para ello, entendiendo que tenemos que ir adecuándonos al cambio climático, pero no en el rol de culpables de algo que tiene una complejidad mayor a la que representa nuestro sector”.

Como sus colegas, Undurraga afirmó que el sector agropecuario de los países del Sur debe tener como prioridad la adaptación al cambio climático en la producción de alimentos.

Ramiro VIllalpando, en representación de Bolivia, se refirió al fuerte impacto de la pandemia en los sistemas productivos de su país y de la región y la necesidad de “responder a las demandas que tienen nuestros productores, no solo con el discurso, sino también con políticas de mediano a largo plazo. Hablo de las posibilidades de transferencia de tecnología entre países, capacitaciones y espacios de discusión y encuentro, que tienen que dar frutos en nuestros sistemas de producción”.

El Director General del IICA, por su lado, subrayó que los sistemas de producción de carne bovina son centrales para el desarrollo sostenible, económico, social y ambiental de nuestros países, generan divisas, empleos, fortalecen los procesos de desarrollo, proveen servicios ecosistémicos y cumplen un rol esencial para la adecuada nutrición de la población, sobre todo en niños y en la población más vulnerable.

“Los sistemas ganaderos están siendo cuestionados por grupos de interés por sus supuestas implicancias negativas en ambiente, salud humana, enfermedades zoonóticas o por consideraciones éticas a los animales. Son argumentos débiles. Por eso desde el IICA insistimos que la ganadería bovina de los países del CAS debe ser visualizada como parte de la solución y no del problema. Es clave para la búsqueda de la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios”, dijo Otero.

“Las percepciones negativas sobre el consumo de producción animal por parte ciertos grupos de interés –concluyó- pueden encarecer los costos de producción de la proteína animal en los principales países productores, lo que dificultaría el acceso a las poblaciones más vulnerables y agravaría los problemas de la inseguridad alimentaria”.

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