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¿Cómo modificamos nuestro comportamiento para contribuir a un fin mayor?

País de publicación
Uruguay
Alejandra Bentancur en la clásica pared de banderas de los países miembros de la OIE

Montevideo, Uruguay, 17 de setiembre de 2019 (IICA). El 23 y 24 de abril se realizó en la Sede de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) la Primera reunión de expertos de cambio de comportamiento ‘Acercamiento al cambio de comportamiento en la Resistencia a los Antimicrobianos en la salud animal’. Organizado por la OIE y el Gobierno de Reino Unido, el evento contó con la participación de representantes de las Universidades de Utrecht (Países Bajos), de Suecia y de  Sokoine (Tanzania); del Instituto Internacional de Investigaciones Pecuarias con Sede en Kenia; del Instituto Nacional para la Investigación Agronómica con Sede en París; de la Red GREASE para mejorar la gestión de riesgos epidemiológicos emergentes en el sudeste asiático perteneciente al CIRAD de Francia; de Labyrinth Global Health con Sede en Estados Unidos; de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés); de la Organización Mundial de la Salud; de la Oficina de Comunicación, del Departamento de Resistencia Antimicrobiana y Productos Veterinarios y Encargados de Misión de la OIE; y del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

 

El evento tuvo como objetivo aportar técnica y metodológicamente al diseño de un documento sobre cambio de comportamiento próximo a ser publicado por la OIE. En ese marco se valoró la asistencia de técnicos que conozcan y trabajen con los Servicios Veterinarios Oficiales en el diseño e implementación de políticas públicas sanitarias en los países, que hayan desarrollado este tipo de procesos y que estén trabajando en RAM.

 

Bajo la consigna ¿por qué es tan difícil cambiar de comportamiento en la salud animal, especialmente en el uso de los antimicrobianos? se iniciaron las presentaciones y el intercambio de los asistentes. Algunos pasajes de la presentación de la delegada del IICA, Alejandra Bentancur se encuentran a continuación:

 

Comprender el problema y todos los impactos relacionados

Entender ¿qué es la resistencia antimicrobiana?; ¿cómo funciona la interrelación entre humanos, animales y el medio ambiente?; la relación entre el uso y la resistencia a los antimicrobianos; la importancia técnica, política y económica de este tema a nivel global y nacional; así como los posibles impactos de este problema en nuestras exportaciones de alimentos, requiere de un intercambio fluido entre los encargados de formular políticas públicas, investigadores, académicos y el sector privado.

El proceso de resistencia a los antimicrobianos es silencioso, discreto y no se puede ver en los predios productivos hasta que comienzan las consecuencias, como el fracaso de los tratamientos terapéuticos, la afectación del bienestar animal y la pérdida de productividad. La resistencia a los antimicrobianos no respeta las especies ni las fronteras, por lo que no es simplemente un problema nacional.

Este problema es complejo, multicausal y la ciencia día a día avanza, pero no todas las preguntas sobre la interacción entre humanos, animales y el medio ambiente ya han sido respondidas. Los sistemas nacionales de vigilancia y de investigación nos muestran la situación y la evolución de la resistencia a los antimicrobianos, pero ambos requieren recursos humanos capacitados y fondos para desarrollarse y mantenerse en el tiempo.

Esta información, basada en ciencia, debe compartirse en el sistema agroalimentario con un enfoque de comunicación de riesgos para marcar una diferencia en el cambio de comportamiento y cuidando de no generar alarma pública en el proceso. Para eso se requieren estrategias y herramientas apropiadas para cada audiencia, y recursos también.

Dar prioridad a la resistencia a los antimicrobianos en la agenda pública e involucrar a todos los interesados ​​en el proceso

A nivel mundial, la amenaza de reducir el desarrollo y la propagación de la resistencia a los antimicrobianos puso a la comunidad internacional en acción a nivel político y técnico. En los últimos 15 años, los acuerdos y declaraciones al más alto nivel han posicionado este tema en la agenda política global como un problema que afecta a la aldea global.

A través de procesos de promoción en curso, los responsables políticos y los líderes mundiales trabajan arduamente para poner y mantener este problema dentro de las prioridades públicas y asignar recursos. Sin embargo, no es suficiente porque no todos los países del mundo están trabajando en planes y estrategias para aplicar un uso responsable y prudente de los antibióticos, para maximizar la efectividad de los tratamientos y para minimizar la selección de microorganismos resistentes.

Sabemos que la resistencia a los antimicrobianos afecta el progreso realizado en las áreas de Salud y Desarrollo. Por esta razón, sería un gran progreso ver este tema ampliamente señalado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible como una prioridad de salud global emergente.

Trabajar para cambiar el comportamiento en la salud animal y el uso de antimicrobianos manteniendo a las partes interesadas trabajando juntas

Primera idea: salga del laboratorio por un tiempo y vaya al campo. Las noticias más difundidas sobre la resistencia a los antimicrobianos en general y en la ciencia provienen de los hallazgos de los mecanismos de resistencia y de los marcadores genéticos. Los sistemas de vigilancia también proporcionan aislamientos "atípicos" para ser analizados por los investigadores. Todos estos datos permiten un mayor conocimiento sobre la interrelación entre humanos, animales y el medio ambiente y eso es muy importante para comprender el problema y su magnitud.

Sin embargo, tenemos que ir más allá. Necesitamos más estudios nacionales sobre cada especie animal que identifiquen los puntos críticos epidemiológicos y clínicos que clasifican las cepas como resistentes. Estudie los patrones de prescripción de antimicrobianos, la posología y la seguridad, los estudios de PK / PD y las pruebas de biodisponibilidad / bioequivalencia, todos estos, también deben ser compatibles. Necesitamos fortalecer una vigilancia clínica, microbiológica y farmacológica y necesitamos más noticias sobre esta parte del proceso. Y necesitamos datos sobre qué sucede en el ambiente que es el más olvidado de la tríada.

Segunda idea: tenemos el desafío de promover espacios y espíritus de colaboración.

La interrelación entre el uso de antimicrobianos y la resistencia a los antimicrobianos ya se ha demostrado científicamente. Es por eso que la forma de aplicar los tratamientos debe cambiar, pero ¿qué debo cambiar ?, ¿cómo? ¿en qué casos o ¿cómo disminuir el uso de antibióticos médicamente importantes sin pérdidas de productividad? o ¿cómo mantener la salud animal y prevenir las enfermedades en este nuevo escenario? Estas son buenas preguntas que cualquier agente de una cadena de producción que es consciente de la importancia del problema podría hacerse, pero ¿están disponibles estas respuestas ahora? Probablemente no.

En este caso, las “recetas” generales y los mensajes comunes no funcionan. Es necesario identificar, investigar y promover esas buenas prácticas agrícolas, que son clave tanto en el uso responsable y prudente de los antimicrobianos como en la salud animal y la producción eficiente.

Requerimos modelos colaborativos público-privados para mejorar y promover buenas prácticas agrícolas y tratamientos ajustados que permitan el manejo adecuado de los antimicrobianos para todas las especies animales, al tiempo que reduzcan la presencia y la transmisión de genes multirresistentes.

Es cuando el conocimiento técnico veterinario debe avanzar más para dar respuestas con una base de evidencia sólida y adaptada a la cadena, al sistema nacional de producción y a todas las características específicas de cada país, como la legislación. Además, el grupo de comunicación y el sistema de extensión de este gran equipo tienen también un papel extremadamente importante en esta parte.

Tercera idea: la parte económica del tema porque la eficiencia y el mantenimiento de un nivel saludable de ganancias contribuyen a un sistema agroalimentario sostenible. En consecuencia, se considerará el impacto oportuno, rentable, el costo de oportunidad, el impacto ambiental y la mejora técnica para cada nueva intervención, si desea la adopción de nueva tecnología.

Última reflexión: la investigación debe pasar a la innovación para generar un impacto real en la actividad veterinaria en el campo. Innovaciones en productos, en procesos, en nuevas tecnologías o en el modelo de negocio. En este sentido, no podemos evitar el papel del sector empresarial. Afortunadamente, hay algunas experiencias excelentes en esta materia. Tal vez sea hora de saber más sobre ellos y difundir un mensaje positivo del compromiso agropecuario en esta amenaza global.

¿Por qué el sector agrícola lideró este proceso en Uruguay?

Sabemos que es poco común en el mundo. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay son los mayores exportadores netos de alimentos del mundo. Según estudios oficiales de economía nacional (OPYPA/MGAP), solo Uruguay produce alimentos para 28 millones de personas en el mundo. Este perfil de exportación se basa en su estado de salud, una producción sostenible con bienestar animal, la capacidad de cumplir con los requisitos y proporcionar garantías en seguridad y calidad de los alimentos. Todo esto genera relaciones confiables en el tiempo.

Esta preocupación global probablemente se convertirá en nuevos requisitos de importación y nuevos capítulos en auditorías oficiales. Y este es un mensaje fuerte para todas las partes interesadas de un sistema agroalimentario que ayuda a alinear todos los diferentes intereses en un propósito común.

El proceso de diseño del ‘Plan Nacional de contención de la Resistencia Antimicrobiana de Uruguay, con enfoque en Salud Animal y cadenas productivas de alimentos’ fue una combinación de opiniones de 78 delegados institucionales de los siguientes sectores del sistema agroalimentario: público, privado, académico e investigación. En el sector privado, trabajamos con delegados de empresas de alimentos; laboratorios de diagnóstico; la industria farmacéutica veterinaria, fabricantes de alimentos para animales y el gremio de la profesión veterinaria. El Plan involucra esfuerzos institucionales en un documento auditable con un enfoque transdisciplinario.

 

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Más información: Alejandra.Bentancur@iica.int