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Caficultora Martha Zúñiga, de Nicaragua: “Soy yo la que asumo, para salir adelante”

Martha
Martha Aracely Zúñiga Cáceres, productora de café. Debido al bajo precio del café y la delicada economía nacional durante los últimos años, su jornada laboral se ha duplicado, principalmente en periodo de cosecha.

Managua, 28 de septiembre de 2020 (IICA). - Zarandear, lavar, moler, secar y seleccionar los 10 o 12 trabajadores que le ayudan en el corte de café son sólo algunos de los quehaceres en el campo que supervisa o realiza la productora de café Martha Aracely Zúñiga Cáceres.

“Desde los doce años aprendí a cultivar y beneficiar el café y con el Programa he aprendido a sacarle mayor provecho”, explica Zúñiga, en referencia al Programa Centroamericano de Gestión Integral de la Roya del Café (PROCAGICA).

Zapotillo es el nombre de la comunidad donde nació, creció y actualmente vive junto a sus dos hijas. Está ubicada dentro de la cordillera Dipilto y Jalapa, o Macizo Segoviano, como también se le conoce a esta comunidad al norte de Nicaragua y que por su riqueza natural es parte de las zonas protegidas del país.

La vida de Martha no ha sido color de rosa. Debido al bajo precio del café y la delicada economía nacional durante los últimos años, su jornada laboral se ha duplicado, principalmente en periodo de cosecha.

“Me levanto oscuro, para cortar el grano y colocarlo en latas, a las ocho vengo a preparar el desayuno y me regreso al campo. Al medio día, regreso para el almuerzo y me voy de nuevo a trabajar. Ya termino tipo cinco, cinco y media, para no dejar a las chavalas solas en la noche”, relata.

Debido a la crisis, Martha también tuvo que vender dos manzanas de café, de las tres que había heredado, para solventar deudas y pérdidas por bajas cosechas, provocadas por enfermedades y plagas en los cultivos, como la roya. Además, la escasez de lluvia en la zona, como parte de los efectos del fenómeno El Niño, también hizo sus estragos.

A pesar de ello, Martha afirma que cada una de las prácticas agronómicas para el manejo del café -que ha aprendido y puesto en marcha en su parcela durante este año- ya están dando resultados. “Este año las lluvias han estado buenas. No he visto ese pelillo amarillo en las hojas –de café, por la roya–. Esperamos sacar al menos unas 200 latas” (aproximadamente 9 quintales)”, augura con mucha ilusión.

Cómo abonar y cómo beneficiar el grano es parte de las capacitaciones promovidas por el PROCAGICA y que Zúñiga ha ido interiorizando, no sólo para el cultivo de café, sino para una huerta donde siembra granos básicos, como maíz, frijol y algunas hortalizas para el consumo de la familia. “El beneficio que nos han brindado ha sido grande para nosotros, más aún en esta época. Estamos muy agradecidas, de verdad”, comentó.

Martha participa en PROCAGICA desde el 2017. Entre las innovaciones que ha trabajado en su finca se encuentran el manejo de cafetales existentes, de tejidos según el estado productivo de las plantas de café y la regulación de sombra. Cada una de estas prácticas están encaminadas a mejorar la capacidad productiva de su cafetal, afectado por la roya.

Asimismo, Martha ha sido partícipe en las acciones de diversificación productiva con cultivos de ciclo corto. Este año logró sembrar una manzana de frijol, que le permitió disponer de 10 quintales para el consumo de su familia durante el 2020.

El desarrollo de modelos de producción de café económicos, social y ambientalmente más sostenibles, facilitan la adaptación a los impactos del cambio climático y a la variabilidad climática en la región. Esto es posible mediante el establecimiento de acciones coordinadas entre actores regionales y nacionales, públicos y privados.

Mediante PROCAGICA, un programa de la Unión Europea implementado por el IICA, ambas organizaciones trabajan juntas para mejorar las condiciones de vida de las familias productoras de café en América Central y República Dominicana.

 

Más información:

Harold Gamboa, coordinador regional de PROCAGICA.

harold.gamboa@iica.int