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Metodología japonesa beneficiará el emprenderurismo comunitario costarricense

Microemprendimiento en artesanía bajo sistema de incrustación en Dota.

San José, 31 de marzo, 2017 (IICA). Los cantones de Cañas, Dota, Jiménez, Turrialba y Zarcero podrán potenciar y robustecer el emprendedurismo comunitario, gracias a la puesta en marcha de una metodología que se centra en promover el desarrollo económico y social en comunidades rurales, mediante el acceso diferenciado de los productores locales a los mercados.

Se trata de D-Hope, una metodología creada por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA por sus siglas en inglés), que ya se ha implementado en países del este de Europa, el sudeste de Asia y en América Latina.

Para que en Costa Rica comience a dar sus frutos, y en colaboración con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), se realizó un taller donde se capacitó a 29 personas, entre ellos gestores públicos y privados de las comunidades beneficiarias, autoridades municipales y pequeños y micro empresarios locales, quienes serán los encargados de la ejecución de la metodología.

“El ideal de D-hope es mostrar que ellos (los emprendedores) pueden ser la fuente de trabajo de su propia comunidad y de esta manera sustentarse económicamente, seguir viviendo ahí con un buen estilo de vida sin tener que migrar a la ciudad como se da en muchos casos. Costa Rica tiene muchos recursos, los productos que ofrecen, los centros turísticos, el conocimiento y la experiencia”, explicó la especialista en la metodología de JICA, Yumiko Okabe.

Especialista de JICA visitando un emprendimiento de jóvenes en Dota.

En esencia esta iniciativa plantea la creación y desarrollo de una oferta amplia de bienes y servicios que las comunidades vinculadas pueden ofrecer, y que tengan capacidad de establecerse en una plataforma de mercadeo donde se visibilicen productos con valor agregado, se aprovechen recursos locales y autóctonos de manera sostenible, y se generen elementos con identidad comunitaria. 

“Es un proceso muy positivo, hemos aprendido a conocer y valorar lo que tenemos, es una oportunidad para los productores, nuestro potencial es muy grande, somos una zona alta y tenemos la dicha de producir uno de los mejores café del mundo. Ver que podemos fortalecer y crear el encadenamiento entre productos y productores teniendo la posibilidad de generar trabajo y que las personas surjan es satisfactorio”, agregó la vicealcaldesa de Dota, Mary Marín.

Muestras de productos generados por una pequeña cooperativa de mujeres emprendedoras de Turrialba.

En el taller de capacitación participaron, además, técnicos de instituciones públicas vinculadas al programa “Un pueblo, un producto” (OVOP, por sus siglas en inglés), que también cuenta con el respaldo de la oficina de JICA en Costa Rica. Dicha iniciativa es de alcance nacional y local e impulsa la creación de oportunidades de negocios en comunidades rurales a través del desarrollo de uno o más recursos originarios.

Entes como el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM), el Instituto de Desarrollo Rural (Inder), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), han apoyado dicha iniciativa de la cual se deriva D-Hope.

En lo que se enfocarán ahora los encargados de implementar la metodología es en fortalecer la identificación de emprendimientos locales en las comunidades beneficiarias, y empezar a diseñar las rutas de exhibición descentralizada de sus bienes y servicios a mediados de año.

Más información: miguel.arvelo@iica.int