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Agricultura familiar sustentable en el Chaco boliviano

País de publicación
Bolivia

El IICA mediante su proyecto insignia “Productividad y sustentabilidad de la agricultura familiar para la seguridad alimentaria y economía rural” trabaja en identificar, sistematizar y analizar la sostenibilidad de la agricultura familiar, a partir de indicadores óptimos para su medición y detectando puntos críticos que sirvan para establecer futuras estrategias de gestión y especialmente difundir estos modelos familiares sustentables y lograr políticas públicas que apoyen su réplica. Los días 1 y 2 de diciembre el Ing. Mario Vargas, Especialista en Tecnología e Innovación de la Representación del IICA en Bolivia, estuvo trabajando con agricultores familiares del Chaco para conocer y levantar información sobre estos modelos sustentables de agricultura familiar. En Bolivia se han trabajo en cinco modelos, en las regiones del altiplano y el chaco, a continuación se realiza una síntesis de dos casos de la región del chaco.

Las comunidades indígenas guaranís cultivan principalmente maíz, kumanda, maní, y diversas hortalizas, considerando la aridez de la región y los efectos del cambio climático se han generado ciertas prácticas que buscan las sostenibilidad de su vida en esta región árida del chaco y asegurar su producción agropecuaria. Por ejemplo los esposos Lucia Torrez y Cantalicio Ortiz, de la comunidad Salinas en la Capitania Kaami, practican la siembra escalonada en sus cultivos de maíz, con esto se logra asegurar la germinación y brote de las plantas aprovechando la disponibilidad de humedad en el suelo luego de las lluvias y en la producción de alimentos para su consumo familiar se realizan cultivos asociados y riego por goteo, en las hileras se siembran principalmente maíz, cebolla, zanahoria, kumanda (Vigna sp) y tomate, con lo que se logra optimizar el uso de sus tierras y la mano de obra, además de asegurar mejores rendimientos. En este sistema de producción también se cuenta con la crianza de gallinas y ovejas de pelo, que se constituyen en principales fuentes de proteína animal.

Otra actividad importantes de la región del Chaco es la crianza de bovinos criollos, durante los últimos años se vienen realizando cruzas con la raza Nelore. El monte chaqueño es extenso pero escaso en recursos hídricos, junto a la disponibilidad de forraje son los problemas más grandes, se estima que con un sistema de pastoreo convencional se requieren hasta 17 hectáreas por cabeza de ganado. Al respecto se han generado experiencias importante para mejorar la disponibilidad de forrajes, uno de eso casos es el Rancho Kandyre de Ciro Lozano en el municipio de Boyuibe, donde el trabajo familiar se concentra principalmente en la crianza de aves de postura y la crianza de bovinos, para este último se introdujeron pastos de corte, acompañado de sistemas de riego, y se obtienen los siguientes rendimientos de materia verde:  Maralfalfa (44,5 tn/ha), Taiwán verde (75,6 tn/ha) y Taiwán morado (105,6 tn/ha), en pastos de 72 días después de un corte, en el marco de este modelo de manejo de producción de pasto y considerando las condiciones del Chaco estos pastos podrían rendir hasta cuatro cortes al año en determinadas edades, con esto se posibilita la producción de forraje que logra abastecer la alimentación en los meses más críticos (septiembre a diciembre), estas prácticas de producción de forrajes son más saludable con el monte y buscan evitar su deforestación.

Mayor información: mario.vargas@iica.int

Crianza de ovinos de pelo en el monte chaqueño.
Cultivos asociados y con siembra escalonada (Maíz, cebolla, tomate, zanahoria)
Bovinos criollos en el monte chaqueño, crianza destinada la producción de carne y leche.
El Sr. Ciro Lozano (hijo) junto a los cultivos de pasto de corte en la región del Chaco, introducidos para la alimentación de bovinos.